Cómo fomentar la creatividad de niños y niñas: dejar que se aburran
- La psicóloga de Noralai Raquel Ledesma explica por qué es bueno aburrirse
Estos días de confinamiento, la mente parece prever un posible aburrimiento. Este adelanto de los acontecimientos agobia y, sobre todo, infunde el temor en padres y madres que ya no saben cómo entretener a los y las pequeñas de la casa. Sin embargo, apartar el pensamiento de ‘entretenimiento obligatorio’ es más que recomendable.
Según la psicóloga de Noralai Raquel Ledesma Somovilla explicaba a Goitibera en el número 317, «aburrirse sirve para crear y aprender a gestionar momentos de malestar». De esta manera, afirma que el aburrimiento es bueno para la mente, aunque en general siempre tratemos de evitarlo.
«Hoy en día, tanto en las familias como en otros espacios educativos, parece que las personas adultas siempre deben tener el recurso adecuado para entretener», explica Ledesma. Sin embargo, según la psicóloga, de esta manera «se está cortando la capacidad activa de buscar los propios recursos así como el estado anímico que acompañará al aburrimiento durante un tiempo, que es la frustración».
Cuando una persona dice que se aburre es que en ese preciso momento no sabe qué hacer para sentirse bien, entretenida, activa, contenta… «Lo exterioriza como una manera de expresar lo que en ese momento está sintiendo y para que el resto de las personas también lo sepan. De esta manera, espera que otras personas puedan ayudarle a superar este momento que no le gusta», afirma Ledesma.
El aburrimiento es un estado de ánimo que forma parte de nuestra vida, ya que hay muchos momentos en los que la desmotivación y la falta de recursos e ideas para entretenerse no están disponibles o no se ocurren. En la infancia y en la adolescencia, suelen ser momentos cortos en el tiempo pero que se sienten como momentos muy intensos y hay que entrenarlos.
Y es que es en ese preciso momento, cuando se siente ese aburrimiento, cuando «la mente intenta buscar recursos para superarlo». Y ahí surge la creatividad. Por ello, debemos evitar expresar el hastío, porque de esta manera buscamos «que otra persona piense cómo entretenerme». El aburrimiento da pie a la creación: busquemos la manera de superarlo con nuestros propios recursos; eduquemos en que no es malo aburrirse.