Motivar es el quid de la cuestión

Motivar: disponer del ánimo de alguien para que proceda de un determinado modo.

Antes (y estoy hablando de hace más de 3 décadas), era fácil motivar a un/a crío/a: éramos cachorros de calle, y necesitábamos poco para ponernos en marcha. Es más, puedo afirmar que nos motivábamos nosotros/as solos/as.

Ahora, en cambio, lo veo un poco más complicado. Mi situación ha cambiado en este tiempo: ya no estoy ligado activamente al asociacionismo, soy padre de familia, me muevo en otros círculos, marcados principalmente por las actividades de mis hijos, y por todo ello puedo decir que hoy en día los cachorros son tecnológicos, en mayor o menor medida, y lo que (creen que) necesitan lo tienen y lo encuentran en máquinas al alcance de su mano; no les hace falta la calle. Aunque quizás no la conocen, no saben que está ahí, delante de ellos/as.

La sociedad ha cambiado mucho en este periodo, y se nota en todo: calle, familia, colegio, asociacionismo, nuevas tecnologías al alcance… Y aunque el asociacionismo también ha vivido ese brusco cambio, creo que en general no ha sabido adaptarse, y no sé si ni tan siquiera defenderse.

El reto por tanto es muy grande y difícil, porque todos/as (scouts, educadores, familias, sociedad) hemos caído en las garras de una tecnología que además de ser muy egoísta, no suele beneficiar al grupo, o cuando lo hace, es un beneficio superficial para la gente. Pero al mismo tiempo podemos ver esas nuevas tecnologías como una oportunidad. Tenemos que ver su lado positivo y saber aprovecharlo como medio para nuestro beneficio, para conseguir nuestros fines, para motivar.

Me parece que para recuperar esa motivación y por ende el compromiso personal que conlleva nuestra opción tenemos que trabajar sobre todo en cuatro direcciones:

  1. Motivar a los padres, a la familia. Si no están por la labor, no vamos a conseguir ni tan siquiera sacar al scout de casa. El primer compromiso tiene que ser de los padres y de las madres. Debemos integrar a la familia en el proyecto scout, con actividades y cauces de participación en la vida grupal.
  2. Procurar momentos de vida en grupo (grande y pequeño) para romper aislamientos y descubrir la realidad cercana a través de los que nos rodean y no sólo de las redes sociales y lo que nos escupe la tele.
  3. Buscar/recuperar/perfeccionar la conexión con la naturaleza como marco ideal para las relaciones y la educación scout en el tiempo libre. Muchas veces he pensado si no sería mejor que celebrar reuniones semanales de dos horas, programar un fin de semana intensivo al mes, por ejemplo, y realizar un montón de buenas actividades.
  4. Y en este punto es donde el compromiso del/la educador/a se hace básico y se convierte en la piedra angular: una buena formación reglada y continua nos va a facilitar las cosas a la hora de programar y por lo tanto de motivar. Si no tenemos recursos, sobre todo de programación, no podemos plantearnos que nadie proceda de un determinado modo.

 

Hay que saber, poder y sobre todo querer motivar.

Por ejemplo, en mi caso, no ha hecho falta motivarme mucho para escribir estas líneas. El escultismo y la educación en el tiempo libre en general me motivan siempre, desde hace casi 4 décadas casi…

Partekatu!