Hablemos de economía social
La economía es un tema que siempre trae quebraderos de cabeza en la sociedad. Por un lado, está presente un malestar general con la entrada en la décimo cuarta crisis económica mundial, que se prevé que provocará la mayor recesión económica desde la Segunda Guerra mundial según economistas del blog del Banco Mundial. Por otro lado, cuando se menciona la economía, se piensa que para poder hablar de ella es necesario conocer todos los términos o incluso focalizar la conversación en el dinero.
La economía va más allá. Estudia la distribución de recursos y bienes materiales, con el fin de cubrir las necesidades. Dentro del gran paraguas de este tema surgen diferentes ramas entre las que se encuentra la economía social.
Este concepto surge como freno al ciclo económico convencional y para dar una respuesta a la desigualdad que éste genera. Un modelo para una gestión de los recursos que ayude a superar dificultades y conseguir el progreso social. De esta manera, se fomenta un desarrollo justo, sostenible y participativo en la repartición de la riqueza se dé entre todos los agentes sociales.
La economía social, de la que participan alrededor de 22.450 personas en Euskadi, según la auditoría social realizada por REAS Euskadi en 2020, al contrario que la actual economía capitalista, reivindica una economía que tiene como medio utilizar las fases de producción, financiación, comercio y consumo, no como fin. Es decir, se pone al servicio de las personas y las comunidades en las que realizan estas acciones. En relación a la cooperación, esa misma auditoría refleja cómo el 85% de los socios de la asociación comparte conocimientos y un 65% incluso comparte proyectos basados en la economía social.
Con esto, se consigue un modelo económico que pone foco en la reciprocidad, la cooperación y movimientos sociales como el feminismo y el ecologismo. Realiza un compromiso con el entorno para conseguir el bienestar individual y colectivo, así como procesos relacionados con la sostenibilidad de la vida.