Descubriendo txokos al otro lado del Atlántico
Esta vez, Oinez va a descubrir mundo, concretamente al otro lado del océano Atlántico, a una región situada en el suroeste de México: Chiapas.
Chiapas es uno de los 31 estados que junto a Ciudad de México, la capital de la república, conforman México. Su capital es Tuxtla Gutiérrez y goza de una riqueza natural envidiable por cualquier otra región. Destacan sus extensas zonas montañosas y la gran biodiversidad biológica que posee. De hecho, varias zonas de su territorio han sido declaradas Reservas de la Biosfera por la UNESCO, ya que albergan una gran cantidad de especies endémicas. Como ejemplo de ello, podemos encontrar la Reserva de la Biosfera de Montes Azules, donde se encuentra la famosa Selva Lacandona.
Además, en Chiapas cuentan con cuatro Pueblos Mágicos, lugares con símbolos y leyendas. Son poblados con historia, que, en muchos casos, han sido escenario de hechos trascendentes para México. Muestran la identidad de este territorio y de sus gentes, por lo que visitarlos es una oportunidad para descubrir el encanto del país. En Chiapas concretamente se encuentran: San Cristóbal de las Casas, Comitán de Domínguez, Chiapa de Corzo y Palenque.
Chiapas es una región extensa y para recorrerla y conocer todos sus rincones necesitaríamos una vida, pero aquí van un par de lugares que se quedan grabados en la memoria por su belleza.
CASCADAS DEL CHIFLÓN Y LAGOS DE MONTEBELLO
Las impresionantes Cascadas del Chiflón son un conjunto de saltos de agua que se van formando en un recorrido de más de un kilómetro.
A lo largo de un sendero que discurre paralelo al curso del agua se va ascendiendo mientras se puede disfrutar las diferentes cascadas: la cascada del Suspiro, Ala de Ángel… A los pies de ellas se forman pozas y es posible darse un chapuzón en alguna si no es temporada de lluvias, ya que, entonces, la corriente lo hace más peligroso.
Siguiendo el sendero se llega a la cascada más impresionante, la cascada Velo de Novia, que cuenta con 120 metros de altura y es visible desde la carretera. Sin embargo, apreciar sus dimensiones desde cerca es otra cosa. Es imposible salir de aquí seco ya que la brisa que se levanta con la caída del agua hace que sal
gas literalmente empapado.
El camino para llegar a las últimas cascadas continúa y nos lleva a la cascada Arcoiris – cuyo nombre se debe a que se forma un arcoíris sobre su poza – y a la cascada Quinceañera que ofrece una vista espectacular de todo el valle.
Como complemento a las cascadas se puede visitar el Parque Nacional de los Lagos de Montebello, un conjunto de 59 lagos de diferentes tamaños y profundidades que se caracterizan por su amplia gama de tonalidades de agua. Se sitúan cerca de la frontera con Guatemala y, como curiosidad, podemos encontrar el Lago Internacional que es el único que se comparte con Guatemala, de modo la mitad pertenece a este país y la otra mitad a México.
CAÑÓN DEL SUMIDERO
Situado a 5 km de la capital, Tuxtla Gutiérrez, este cañón recorrido por las aguas del río Grijalva se hizo navegable con la construcción de una presa hidroeléctrica. Desde Chiapa de Corzo hay una excursión en lancha que permite navegar a lo largo de 30 kilómetros las aguas del Cañón del Sumidero, apreciar la espectacularidad de su entorno, así como la diversidad de su fauna y su flora.
Durante el recorrido se pueden ver animales como los monos araña, los cocodrilos y zopilotes, para nosotros conocidos como buitres, pero hay que estar atento para poder verlos. Algo que no se escapa de la vista de nadie son las espectaculares paredes que se elevan más de 1000 metros desde la profundidad de la garganta. De hecho, tan icónicas son estas paredes que incluso aparecen reflejadas en el escudo de Chiapas. Las sorpresas no acaban aquí, y, es que, durante el recorrido la lancha se acerca hasta la Cueva de los Colores – cuyas paredes rojizas se asemejan a las iglesias de estilo colonial – donde se colocó una pequeña estatua de la Virgen de Guadalupe.
Más adelante, se puede observar una de las curiosidades que depara el Cañón, el Árbol de Navidad. Es una cascada que recrea, desde la copa, las diferentes ramas del perfil del clásico pino navideño hasta pasar por debajo, mientras las ligeras gotas caen sobre nuestras cabezas.