¿Cuántos Tartalos son necesarios en Euskal Herria? Ya es hora de saber cómo funciona nuestro sistema de gestión de residuos
Tartalo, el gigante que lo engulle todo, no para de demandar más y más comida, y la sociedad no para de darle todo lo que pide. Es hora de plantarnos ante este gigante y hacerle frente.
Hace años que Tartalo se instaló en las faldas del monte Arraiz en Bilbao, en Gipuzkoa, apareció otro recientemente en Zubieta, y ya se han oído rumores de que uno más puede aparecer por Araba. Entiendo que habrá quien no me siga, y se pregunte a qué me refiero cuando hablo de Tartalo. Cuando hablo de este conocido ser mitológico me refiero a las incineradoras de Zabalgarbi (Bilbao) y la recién inaugurada de Zubieta (Donostia), y a la amenaza de que se construya una tercera en Araba, tras el anuncio de la Diputación.
¿Y por qué este símil? porque como Tartalo se alimentaba del ganado y las personas que encontraba a su paso, estos gigantes de hormigón también se dedican a engullir todo lo que les echemos. La apuesta del sistema gestión de residuos del Gobierno Vasco hace lo mismo que el gigante salvaje, busca arrasar con nuestros desechos en sus incineradoras.
Si sacas tu basura en Bizkaia, todo lo que tiras al contenedor de restos (el históricamente llamado orgánico, normalmente de color gris o verde oscuro) acaba en la incineradora. Y no, ya no podemos seguir alimentando a este ser mitológico. Gipuzkoa cerró sus vertederos e implantó una política de puerta a puerta que permite reciclar el 70-80% de los residuos. No obstante, en vez de dar el sobrante a Zabalgarbi, ha apostado por construir otro monstruo. Ahora son dos a los que hay que dar de comer. Dos focos de contaminación y otro incentivo menos para alcanzar cotas de reciclaje del 80%. Por otro lado, Araba y Nafarroa siguen con sus vertederos, una opción aún peor. Pero no nos engañemos, cada territorio no necesita un Tartalo, si todos mejoramos la gestión de residuos, con uno para todo Euskal Herria vamos de sobra.
¿Cómo conseguimos esto?
La lucha contra el cambio climático está más cerca de lo que nos imaginamos. Una de las cosas más simples y fáciles que se pueden hacer para reducir el impacto ambiental es compostar. Entorno al 40% de los residuos sólidos urbanos generados en un hogar promedio corresponde a la fracción orgánica (el contenedor marrón). Es decir, una parte considerable de los desechos generados son residuos biodegradables, fácilmente convertibles en fertilizantes rico en nutrientes mediante compostaje.
Para el aprovechamiento de esos residuos, los ayuntamientos ya llevan años incorporando el quinto contenedor en los pueblos y barrios, para llevar a cabo una recogida selectiva de la fracción orgánica. La instalación del quinto contenedor ha supuesto una aumento de la recuperación de la fracción orgánica de los residuos urbanos. Esto ha supuesto la disminución de esta materia en los contenedores de la fracción restos. No obstante, aún los datos de uso son muy bajos. Los hogares siguen dando de comer a Tártalo en vez de convertir sus desechos en compost.
Hay que tener en cuenta que la materia orgánica de todas esas familias que no utilizan composteras o el contenedor marrón (quinto contenedor) siguen alimentando a los vertedero o se incinera. Las dos opciones son perjudiciales para el medio ambiente y contribuyentes al calentamiento global. Es por ello que retirar la fracción orgánica de los residuos que llegan a los contenedores de restos supone un beneficio indiscutible para el medio ambiente.
Tradicionalmente hemos reciclado papel, vidrio y plástico, y eso está muy bien. Es un hábito ya naturalizado en muchos hogares. Ahora nos falta el último paso, naturalizar el uso del contenedor marrón. Una vez que reduzcamos el consumo de plástico, papel y vidrio y lo usemos correctamente, nos daremos cuenta que el cubo de restos irá disminuyendo y que cada vez le daremos menos de comer a Tártalo. Esto mejorará los impactos ambientales y en la salud humana. ¿Por qué quemar y contaminar nuestros pueblos con nuestros residuos cuando podemos hacer suelo fertilizante con él?
Gracias a la recogida selectiva de la materia orgánica, mediante el quinto contenedor, o incluso con mayor éxito mediante el sistema de puerta a puerta, varios municipios ya están cumpliendo con la Ley estatal 22/2011 que transpone la Directiva Marco de Residuos de la Unión Europea. Esta ley establece el objetivo de reciclar un 50% de los residuos generados para el 2020. Una vez la buena gestión de nuestros sólidos se convierte en una aliadoa fundamental para el cumplimiento de dicha ley.
Los esfuerzos en materia de compostaje tienen que redoblarse y más ahora que en Bizkaia ya se puede depositar en él restos de carne y pescado. Los beneficios del uso del contenedor marrón son múltiples, tanto para la sociedad, como para el medio ambiente:
- Se reduce el pago de tasa de recogida de basura
- Se incentiva la participación ciudadana
- Se generan puestos de trabajo
- Se conciencia en materia ambiental a la ciudadanía
- Se reduce la fracción restos (residuos a que van a vertedero o incineradora)
- Se reduce la contaminación de aire, agua y suelos
- Se mitiga el efecto del cambio climático
- Se obtiene biogás y energía
- Se obtiene fertilizante natural
¡¡Dile Agur a TARTALO y únete al ORGÁNICO!!