La montaña invernal: cómo actuar en la montaña
En el anterior post os contamos cómo debemos preparar nuestra salida desde casa: ropa, equipamiento, previsiones… Sin embargo, una vez que estamos en la montaña, hay muchas cosas que tenemos que tener controladas; hay que seguir manteniendo la atención y estar pendientes de cómo transcurre el día. Por ello, en esta segunda parte para ayudarte a preparar la próxima ascensión invernal, te traemos algunos consejos para que todo vaya perfecto.
Actúa con prudencia
- Para salir a la montaña en invierno hay que madrugar, mejor olvídate si no estás dispuesto o dispuesta. El día es muy corto y lo prudente es estar de regreso cuando todavía quedan varias horas de luz. Así contamos siempre con un margen de seguridad para solucionar contratiempos.
- Estar pendiente de los compañeros y compañeras es importante, así como valorar la motivación, experiencia y estado físico de cada una. Así te aseguras de que todos tengáis una buena experiencia en la montaña invernal. Si hay un percance, mejor estar acompañados. Dejar sólo a alguien suele ser el origen de problemas mayores. Es más fácil que una persona sola se desoriente o tome una decisión equivocada.
- Lo importante es disfrutar del medio, si no podemos culminar hoy la ruta lo haremos otro día. Hay que prever siempre itinerarios alternativos y, ante un contratiempo, elegir el más corto. Cuando las circunstancias lo aconsejen, no dudaremos en dar marcha atrás.
- El ejercicio físico y el contacto con el medio aumenta nuestro metabolismo: necesitamos mayor aporte de agua y de energía.
- El sol nos da calor y luz pero también radiaciones que pueden dañar nuestra piel y nuestros ojos.
- El mapa y la brújula son insustituibles para orientarnos en el medio, utilízalos y comprueba con ellos que estás cumpliendo los horarios previstos. El GPS puede ser un buen complemento de los anteriores, pero no dependas sólo de él.
- Antes de tomar una decisión, comprueba la evolución de la meteorología. Hoy la información disponible es bastante fiable pero las variaciones a nivel local pueden ser importantes. Acostúmbrate a observar e identificar las señales que anticipan los cambios, las nubes pueden aportarnos información muy útil en lo que refiere al tiempo meteorológico que nos podemos encontrar.
Y… ¿si algo no sale bien?
Si se sufre un accidente o algún percance en la montaña hay que estar preparado y reaccionar adecuadamente. Mantén siempre la calma: piensa y luego actúa. Asegura al grupo y no tardes en pedir ayuda si la necesitas.
- Analiza la situación: heridos, peligro existente, lugares seguros.
- Protégete, protege al herido y al resto del grupo.
- Examina, reconforta y auxilia al herido. Pon en práctica tus conocimientos de primeros auxilios y haz uso del botiquín.
- Si necesitas ayuda externa, recopila la información sobre el incidente y pide ayuda al 112. Si no tienes cobertura, recuerda cuál ha sido el último lugar donde la había y desplázate allí.
Esperamos que todo esto os ayude a la hora de realizar actividades en la montaña. Sea como sea, a pie, raquetas, escalando, corriendo o paseando hay que tener en cuenta que la naturaleza es un medio hostil, en el que mientras todo vaya bien y tengamos recursos disfrutaremos, pero si tenemos algún accidente, pasaremos un mal rato. Así que mejor ser precavidos y precavidas para disfrutar de algo tan bello como la naturaleza.