Paseo por los montes de la costa
Este martes, aprovechando que no había que trabajar por los carnavales, nos juntamos para dar una vuelta por el monte. Esta vez habíamos escogido un par de cumbres de los alrededores de Bermeo. Comenzamos el paseo en el mismo centro de la noble villa Bizkaina. Dejabamos los coches, y nos encaminabamos por las estradas hacia el barrio de Demiku. Est
Esta primera parte del camino no entraña ninguna dificultad, así que en tan solo 50 minutos de paseo nos encontrábamos en la cima del Katillotxu, desde donde se podían admirar las vistas de la entrada del la ría de Mundaka, Pedernales y la pequeña isla de Txatxarramendi.
Después de sacar un par de fotos, cruzamos el vallado de madera que protege el trikuharri de la cima de Katillotxu, para continuar nuestro camino hacia el Sollube. El camino discurre por una gran campa, en la que por un momento perdimos la pista que nos debía dirigir, lo que nos hizo perder un buen rato. Nos dejamos guiar por una intuición erronea, que nos decía que teníamos que avanzar de forma directa hacia las faldas de Sollube, pero finalmente acabamos volviendo hasta la última pista que habíamos visto, teniendo que remontar de nuevo toda la ladera que habíamos bajado anteriormente. Al llegar de nuevo a la pista, nos dimos cuenta del error, y enseguida encontramos el camino correcto.
Este camino nos guiaba hacia abajo, hasta cruzarnos con la ruta del vino y el pescado que ascendía desde Sukarrieta. De aquí nos dirigimos hacia las faldas del Sollube, donde preguntamos en un baserri, que camino debíamos seguir para poder llegar a la cima, ya que en ningún momento encontramos ninguna señalización al respecto. Aquí nos dijeron que cogieramos las estradas que llevaban al barrio de Mañu, y así lo hicimos.
El problema estaba en que el camino por las estradas es extremadamente largo, con lo que debido a nuestro mal calculo de los tiempos y a un par de vueltas innecesarias, se nos fué echando el tiempo encima. Teníamos prisa por llegar a casa, así que fuimos perdiendo esperanzas de llegar a la cima.
Finalmente, desistimos de alcanzar la cima, e hicimos un delicioso hamaiketako sentados mientras teníamos Bermeo y los barrios de alrededor a nuestros pies. Tras el breve refrigerio, continuamos nuestro camino con intención de comenzar en cuanto pudieramos el descenso hasta el barrio de Almike.
Al llegar al cruce de Mañu, un poco desorientados, decidimos subir hacia el alto de Sollube, a ver si veíamos una referencia que nos dijera a cuanto teníamos la cima y si podíamos subir a la misma. Así llegamos a la cima de Truboimendi, donde decidimos bajar directamente hacia Almike, ya que se nos había hecho muy tarde y todavía nos quedaba un rato de descenso de vuelta hasta Bermeo.
Así que sintiendolo en el alma, tuvimos que volvernos si poder coronar Sollube, personalmente me fui un pelin contrariado, ya que es el único bocinero que me queda y se me resistió, pero a la próxima será. Además es una buena ocasión para aprender que a veces hay que saber darse la vuelta a tiempo en el monte y que lo importante no es hacer cima, sino pasar un buen rato entre amigos disfrutando de la naturaleza. La próxima vez, Sollube seguirá ahí, esperandonos.
Joe!En serio que me dio pena no ir.Otra vez será!