DESDE MI ALMENA
La verdad es que, para expresar lo que uno siente en este momento, el poema surge de dentro. Así:
DESDE MI ALMENA
Protegido por la música de Bach, nevera, wifi, calefacción, manos limpias…
– ¡Oh, almena del hogar! – llueven miedos del azar.
Dados que enarbolan muerte en soledad
auguran fórmulas y algoritmos del cautiverio,
curva bursátil que inyecta suicidios,
y no escucha aplausos de balcones en la primavera,
cuidados, limpieza, supermercados, hospitales bajo presión, residencias heridas…
huella de dádivas, corazones infinitos que amanecen
por cien esquinas, y reconcilian con el mundo humanidad.
Protegido por la música de Bach, nevera, wifi, calefacción, manos limpias…
– ¡Oh, almena del hogar! – siguen lloviendo miedos del azar.
Y una lágrima seca dibuja no-huellas
en secos lagrimales infantiles sin registro
desde el diagrama estadístico del dolor universal.
Sólo aguas de tristeza tienen para lavar sus manos,
sólo techo azul, gris, negro… tienen
para aislar el frío, el viento, el alto el fuego,
sólo olvido tienen… para aislar su hambre
y su eterna migrante distancia social.
Protegido por la música de Bach, nevera, wifi, calefacción, manos limpias…
– ¡Oh, almena del hogar! – aumento mi tormenta con miedos del azar.