NO MIRES
En el agua del Jordán llora la sangre.
En Jerusalén se ha roto el cántaro de la vida
mientras la inocencia se va muriendo
en los ojos desencajados de los cementerios.
El dolor de la sombra trae escombros,
trae gritos desencajados
donde los naranjos se avergüenzan de haber nacido.
¿Quién podrá hacer respirar su alma desde el miedo?
En Gaza no se despiertan ya los sueños,
no se escriben las palabras en cuadernos,
ni se levanta la mirada al cielo,
de allí, de allí procede el miedo.
No, no mires sus hogares sin electricidad,
sin esperanza, sin el agua de la primavera.
No mires a los ojos al monstruo de la fuerza,
al monstruo de Mammon que lo alimenta.
No mires a ningún lado.
No mires.