PODER CUIDAR

Me ha producido una extraña sensación ese Gorka Deuna virtual en el que no han estado presentes las pañoletas agitándose al viento, ni los encuentros entres pueblos, edades, experiencias, presencias. Raro, muy raro, pero me sirve para recordar el encuentro de Loyola y la constitución oficial de Euskalerriko Eskautak hace algo más de treinta y cinco años, con el obispo Setién presente, o el inicio de los primeros grupos en Euskalerria hace sesenta años. Y no sólo por la presencia de EEG en el primer encuentro de Loyola, sino porque la historia es algo más que un simple conjunto de fechas y acontecimientos, que aún se diluyen más si tienen el calificativo de virtuales. Es raro, muy raro. Y eso no significa que se podía haber hecho de otra forma, en absoluto, pues también es un acontecimiento histórico, en un sentido más amplio, que hace referencia a la historia mundial, este conglomerado con estadísticas de personas infectadas por el dichoso COVI-19 , muertas, recuperadas, aplausos en balcones, confinamientos en hogares, interpretaciones científicas, caída del empleo y de la economía, miedos, con una historia inenarrable del dolor que se está agudizando en quienes ya tenía su cuota de dolor rebosada y desbordada en hambres y campos de concentración, perdón, en campos de personas refugiadas. Esto nos ha obligado a realizar el encuentro virtualmente. Y parece significativo que nos reconcilian con la humanidad tantos esfuerzos de personas que en este momento histórico sirven, dan su vida, crean, inventan, se solidarizan, ayudan, gritan, responden, organizan, traen paz, curan, calman, traen esperanza… en fin, todo lo que significa el ADN de nuestro Beti prest. ¿Estoy, hemos estado, estamos, seguiremos estando a la altura de las circunstancias? Hay que cuidarse mucho, cuidarnos mutuamente mucho, para poder cuidar.

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