¿TAMBORES DE GUERRA?

Suenan tambores de guerra en la frontera de Ucrania con Rusia.  Si en el patio del colegio, o en un espacio común, hay un grupo que se apropia de una parte y otro grupo de otra parte, los miembros del equipo educativo tratarán de que eso no sea así, de que se comparta el espacio.

Y si hay un conflicto porque un grupo quiere ampliar su espacio, la presencia de las personas responsables en ese ámbito educativo tratarán de intervenir no sólo para evitar que el conflicto no llegue a las manos, o a la sangre, sino para volver a plantear que el espacio debe ser común para todo el colectivo, sin compartimentos estanco, sin fronteras.

Y a continuación nuestro mundo real nos dice que, como Ucrania se está acercando al ámbito de la OTAN, Moscú despliegan un enorme ejército en la frontera y desde la OTAN, liderada por Estados Unidos se responde que habrá consecuencias. Una fragata, pagada con nuestros impuestos, se ha dirigido desde el Estado español hacia la posible zona de conflicto.

Miles de millones se invierten para arañar unos metros de zona de influencia en el patio global, y no se muestran las imágenes del sufrimiento y la sangre derramada en cada guerra, ni lo que se podía haber hecho en la aldea global con ese presupuesto; se transmiten las imágenes de quienes negocian y toman decisiones, que no van a sufrir personalmente en esa posible guerra, y los desfiles de armamentos y envíos preventivos de más armas.

Quien se ha comprometido en la tarea de que nuestra lucha es esta educación, y una educación para la paz, observa con desasosiego que su tarea es enormemente difícil, pero entiende que dejar este mundo mejor de cómo se ha encontrado pasa también por explicar a quienes se quieren pelear en el patio, por causa de una línea, que no sólo pueden cambiar de actitud y compartir, sino que necesitan estudiar muchos datos sobre estos conflictos y sensibilizarse porque otro patio, otra aldea global, otro mundo es posible.

Partekatu!