Habilitan las titulaciones de Técnico de Emergencias Sanitarias a alumnado que no haya hecho las prácticas

  • Las 384h de prácticas obligatorias del alumnado de la Formación Profesional de Técnico de Emergencias Sanitarias pueden ser sustituidas por un trabajo escrito

«No me veo con la suficiente experiencia como para actuar en una emergencia vital habiendo hecho un trabajo más», explica Jon, estudiante del grado de Formación Profesional de Técnico de Emergencias Sanitarias en Vitoria, a Goitibera Aldizkaria. Esta semana se ha enterado de que, al no poder realizar sus 384h de prácticas obligatorias, podría tener su título y estar listo para ejercer igualmente únicamente escribiendo un trabajo de 50 páginas.

«Nos han dado dos opciones: hacer el trabajo y tener el título o hacer las prácticas en septiembre y terminar en febrero». El problema es que algunas personas utilizan esta FP para pasar a un Grado Superior, y optar por la segunda opción les retrasaría un curso. Sin embargo, hay quien sí querrá ejercer y haciendo el citado trabajo podrá hacerlo.

«Es lo que se ha inventado el departamento de planificación de FP con el nuevo modelo FCT-Proyecto para este periodo de alerta sanitaria», le responde un profesor cuando Jon le pregunta si con hacer un trabajo le van a dar el título. «Un parche malísimo», admite el docente. Según el profesor, el claustro se habría quejado de este hecho y no ha obtenido «ni voz ni voto».

La formación adecuada y de calidad en un ámbito tan importante se sustituye, así, por la recurrente fórmula rápida. «Solo llevábamos cuatro días de prácticas y sin haberse decretado el estado de alarma Osakidetza Emergentziak nos mandó para casa», explica Jon, a quien aún le quedan alrededor de 353h de prácticas, al igual que a sus compañeros, que han redactado una carta abierta para mostrar su descontento.

El resto de grados de Formación Profesional, como los grados relacionados con la hostelería, tampoco pueden realizar sus prácticas con la situación dibujada por el plan de desescalada. El problema, según Jon, es que en su ámbito laboral hay «una responsabilidad de la que puede depender la vida de una persona». Un ámbito laboral en el que, además, las prácticas proporcionarán la formación necesaria para evitar futuros contagios tanto a otros pacientes como a los propios nuevos trabajadores.

 

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