¿Qué alternativas ofrecemos al botellón?
Hace 13 años, es decir, en 2008, un equipo de la facultad de Psicología de la Universidad de Valencia hizo un estudio encuestando a más de 4.000 jóvenes de entre 14 y 25 años sobre los motivos por los que hacían botellón. Las respuestas que daban eran de este tipo:
«Las ‘clavadas’ que te dan en los lugares de copas son difíciles de aguantar”
“Es divertido, te permite hablar mejor que en los pubs llenos de gente”
“Nos divierte”
“La verdad es que tampoco existen muchas otras alternativas de ocio fascinantes»
Esta última reflexión era precisamente uno de los objetivos que tenían las personas que realizaron el estudio en ese momento: contribuir a la planificación de alternativas lo más ajustadas posible a las necesidades de los y las jóvenes.
A la vista está que en 2021 todavía no hemos encontrado alternativas a ese tipo de ocio, el del botellón, para ofrecer a la juventud.
Está demostrado que nuestros hijos e hijas replican nuestros modelos. Por mucho que les digamos que no beban si ven que las personas adultas relacionamos el alcohol con el ocio, ¿por qué ellos/as no lo van a hacer también?
En aquel estudio se constataba que además de la diversión, el consumo en sí mismo tenía el mismo nivel de importancia, ya que les permitía desinhibirse, desconectar de la presión del día a día… Recordemos que la pandemia les ha hecho vivir en soledad mucho tiempo, con escasa relación con sus iguales… y aunque parezca que han estado bien, emocionalmente pueden no pueden estar en su momento más estable.
Por eso, quizás es el momento de reunirnos y de que les preguntemos qué alternativas les gustaría tener, qué necesitan y qué les podemos ofrecer. Lo emocional, a veces, también les lleva a beber alcohol y hay que averiguar cómo realizar un acompañamiento en ese aspecto.