Agradecimiento para Valientes

Aunque no nos conocemos, te tengo presente. Leo situaciones a las que se enfrenta el personal sanitario y no sé cuales ni a cuantas de esas te estás enfrentando tú. Algo sé de lo que pasa en los hospitales, porque de eso sí se habla y, sin embargo, desde casa, desconozco si en el super la gente respeta la distancia o con qué humor se afronta en las residencias el saber que, a pesar de tanta ‘evolución’, Darwin ha vuelto con su selección. También me quedo en blanco si trato de imaginar a profesionales de la educación social gestionando albergues, o a asistentas domiciliarias confinadas lejos de su hogar. Hay un abanico tan amplio entre quien cuida y quien entierra, que es difícil abarcar a tantas personas Valientes. Y, sin embargo, visibles o invisibles para la sociedad, ahí estáis, cuidándonos.

Nadie imaginaba que esto podía pasar. Es difícil manejar la situación cuando no nos han preparado para ello. No es lo mismo gestionarlo en la vida real que verlo en una peli. Aquí, en la vida, cualquier emoción es comprensible; el miedo, el valor, la rabia, el sentimiento de culpa por no poder hacer más, aunque ya dais todo lo que está en vuestras manos y en vuestro corazón; las ganas de llorar, incluso las ganas de salir corriendo para evitar el contagio o porque la situación desborda. Nadie nos ha enseñado a afrontar este drama, que tras tanto aplauso merecido cambiará nuestras vidas para siempre. Confío que sea un cambio para bien, que nos enseñe el valor de la vida, el valor de la cercanía, de las personas y de la madre tierra, que curiosamente estos días respira con los pulmones más abiertos que nunca.

Nadie os ha enseñado a las personas que combatís a base de cuidados a manejar tanta urgencia a la vez, y tanta frustración, así que cada quien aporta lo que puede acorde a los recursos que como persona, con limitaciones, tiene. Por eso, cualquier emoción es comprensible.

Desconozco si ya os ha llegado más material de protección a todas las personas que esperáis que caiga del cielo como cae el agua de mayo. Ayer vi un vídeo del personal de enfermería de un hospital bailando con los EPIs puestos porque ya les habían llegado. Me emocioné tanto. Creo que es el baile más hermoso que he visto en mi vida, y dudo que toda esa gente sepa bailar.

De la realidad, solo conozco lo que leo desde mi casa, las imágenes que veo en la televisión, los testimonios de personas que en una mezcla de querer informar y desahogarse sacan a la luz gritos pidiendo ayuda. Desconozco cualquier cosa que estás viviendo tú en concreto, salvo por lo que leo en relación a lo que viven otras personas que desde el campo de batalla ‘cuidan’ a tanta gente que se olvidan de cuidarse. Y es importante también cuidarse para recuperar fuerzas y seguir adelante.

Se está incluyendo personal de psicología en hospitales para aportar algo de luz a esas personas pacientes que con paciencia esperan recuperarse, a familiares y, cómo no, a todo ese personal sanitario del que muchos formáis parte. Porque sois valientes y a la vez humanas, fuertes y vulnerables, ayudáis a la vez que necesitáis ayuda de quien pueda recoger una parte de ese peso que lleváis a la espalda. Es una fuerte carga física y emocional que desde nuestras casas cuesta imaginar, o aunque lo imaginemos seguramente no se adapte fielmente a la realidad.

Confío que te des cuenta de la importancia de hablar con este personal profesional que puede ayudarte a gestionar este desbordamiento, este caos que ha pillado por sorpresa a toda la humanidad. Puedes hablar con esas personas que son profesionales, con tu gente amiga, con tus compis del curro, con tu familia… habla con quien en este momento consideres que puede sujetarte, pero habla, porque desde mi casa, sin saber lo que es, sé que es mucha carga.

Dejo en el aire mi agradecimiento inmenso para que te lo acerque al balcón de tu casa, a ti y a todo ese amplio abanico de personas que con o sin miedo, habiéndolo escogido o sin escogerlo, os esforzáis para proporcionarnos lo necesario.

Cuida, cuídate y sobre todo, gracias.

Partekatu!